domingo, 21 de diciembre de 2014

Cesión de poder o toma de control...

Cuando nos entregamos a un Dominante solemos hablar de "cederle el poder" sobre nosotras, cederle el poder sobre ciertos aspectos de nuestras vidas y dejar en sus manos la toma de decisiones sobre nuestro futuro. Últimamente me he cruzado con muchas sumisas que confunden, o no llegan a apreciar la diferencia, entre ceder el poder a alguien y que ese alguien controle completamente su vida. En general lo he visto mas asiduamente en susmisas principiantes y en Dominantes que son más obsesivos del control que Dominantes en si, porque tienden a no respetar límites para inmiscuirse en la vida de su sumisa convirtiendo una relación D/s en un abuso psicológico, tienden a aislar a su sumisa para que pierda contacto con su vida cotidiana, la encierran en su propio mundo permitiéndose así un control absoluto y enfermo sobre la otra persona.

Lamentablemente de estos seres hay muchos y es difícil para una sumisa "novata" reconocerlos.
Obviamente que cada D/s es un mundo propio, cada quien decide si permite o no permite ciertas cosas, cada relación es única y cada cual conoce hasta donde esta dispuesto a dar para vivir su relación, pero la línea entre una D/s y una relación de abuso es tan fina que puede terminar escapando de nuestras manos, podemos terminar en una relación que nada bien nos hace, terminar (como sumisas) consumidas por un Dom que no logra ponerse a si mismo límites para con su sumi.

Hace años leí un libro que trata sobre esto, el título es "Entre sus manos", y es un relato ficticio (pero no por eso imposible) sobre una relación D/s donde el Dominante doblega el alma de su sumisa y la consume por completo, llevando la degradación de su sumisa hasta puntos extremos que hacen que ella se quiebre completamente, sintiéndose sola, perdida y vacía de cualquier sentimiento o sensación; su aislamiento es tal que, cuando finalmente pone fin a esa relación enferma, se siente NADA. El párrafo con que se cierra el libro es completamente aleccionador y gráfico:

"El dolor. El dolor lacerante de haberlo perdido todo. Incluso mi confianza. En mí misma. En los hombres. No considerarme sino un sexo, una boca, disponibles, educados, perfectos. Perfectos. Perfecta para el placer de los hombres. Simplemente bien adiestrada. Indigna de recibir. Indigna de reconocimiento, indigna de amor. Machacar que no valgo nada. Nada. No era sino un juguete entre sus manos.
Porque amé a un hombre que no me amaba. Porque se lo di todo a un hombre que no me veía.
Haberlo hecho todo y luego NADA.
El VACÍO."

Entonces... de qué manera evitamos que esto ocurra? Cómo podemos reconocer cuando un Dominante es en realidad un "vampiro de sumisas"? La respuesta es siempre la misma: Informarse, leer, conocerse a si misma, descubrir profunda y concientemente tu sumisión. Hasta las sumisas más experimentadas continúan descubriéndose a si mismas para crecer, para reconocer su entrega y sus propias necesidades, este es un hábito que debes adquirir, no te quedes en lo que sabes, crece que de ello depende que tan profunda y sincera será tu sumisión. Y tan importante como concerte a ti misma es: Conoce a tu Amo, habla con él, dile tus dudas, plantéale tus incomodidades. En esos momentos es que reconocemos la verdadera madera de un Dominante, si él es una guía sana para vos va a saber guiarte, frenar un poco la velocidad de la relación y llevarte de la mano a conocerte, poner momentáneamente en un impasse su Dominación y ser tu COMPAÑERO, quien te permitirá crecer. Pero si en cambio no te induce a crecer debes alejarte, el no busca tu evolución como sumisa ni como persona, sino que te usa para sus propios fines.

El BDSM está hecho para vivirse con alegría y verdadero amor, no es una sucesión de lágrimas y desconcierto. El BDSM debería servir para no sólo para que lo disfrutes, sino para que crezcas y tu Amo debe incentivarte a ello. He visto que muchos Dominantes usan el consenso como justificativo de actos ruines y egoístas, el BDSM NO es eso porque muchas veces, aún consensuando, se crean situaciones que NO SON SANAS, una sumisa anulada no va a poder tomar la decisión adecuada cuando así lo requiera, pues la dependencia hacia su Amo puede llegar a ser tal que no imagina manera de "desprenderse" de quien la somete.

Un Dominante no sólo somete a su sumisa, sino que la nutre y la alienta a ser una persona feliz, más positiva, con más objetivos en su vida, la alienta a alcanzar esos objetivos y a plantearse objetivos nuevos, a superar sus propios límites (y no sólo en sus prácticas, sino en su vida cotidiana). Un Dominante DEBE hacer crecer a su sumisa, pues de ella depende su Dominación.

Para cerrar voy a compartir con ustedes una frase de Dragón, un Dominante español con quien he tenido el placer de conversar más de una vez.

"Un Amo es quien enciende velas en los oscuros rincones del alma sumisa"

Saludos a todos y gracias por leerme,

dharma

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