martes, 27 de junio de 2017

Incentivar

Las últimas dos experiencias que he tenido en el BDSM han sido extrañas, aunque no se si extrañas es la definición, sino marcadas por actitudes similares en dos personas diferentes, ambos identificados como Dominantes en la comunidad.

Si tengo que identificar esas actitudes con una palabra esta sería "EGOÍSMO", un egoísmo absoluto de parte de quienes creen que son aptos para tener a una sumisa bajo su protección y cuidado, un accionar que sólo se basa en lo que necesitan en ese momento para sobrellevar una situación determinada, una actitud déspota en cuanto a lo que incentivaron en una sumisa para después desdecirse sobre lo que ellos mismos buscaron, una cobardía absoluta por incentivar y luego no plantear las cosas con todas las palabras, sino esperando a que quien las diga sea la otra persona.

Ambos "doms" incentivaron mi entrega, según las propias palabras del último porque "le hacía bien" tener esa entrega, era lo que necesitaba en ese momento y lo que de manera intencional provocó en mi. Ambos tornaron una amistad (a mi ver sólida y suficiente) en una especie de D/s, pidiendo actitudes y aptitudes como sumisa de mi parte. Pero bien, una vez que esa sumisión fue lograda, se arrepintieron de ello, de lo que ellos mismos incentivaron, y tomaron pies en polvorosa. Se llevaron puesto los años de amistad, de confianza, conocimiento de mi y todas las necesidades que ellos mismos generaron.

Lo que mas me ha molestado en ambas ocasiones es precisamente eso! La cobardía de generar esa necesidad de consulta, aviso, intercambio de pensamientos, cesión de decisiones, etc; para luego desaparecer y dejar a la otra parte lidiar sola con esa necesidad no "auto-generada", sino pedida por ellos, solicitada y disfrutada! Cobardía absoluta, hipocresía total en su manera de "vivir" su Dominación, irresponsabilidad astronómica al no detenerse a pensar en lo que generan y por hacerlo sólo "porque era lo que necesitaba". Me veo en la horrible tesitura de tildar a toda la horda de Dominantes de inmaduros, irresponsables y completos imbéciles; seres egoístas que no piensan en más que en si mismos, sin sentir un mínimo de empatía hacia lo que dejan cuando se desdicen de sus propias intenciones. Personas que no Dominan, sino que forrean (usan) lo que tienen a mano para aumentar su propia estima, minando la de la otra persona sin sentir el menor remordimiento ni volver la vista hacia lo que dejan detrás de ellos.

Quienes me leen seguido saben que soy una persona muy racional, que no incluyo mis sentimientos en una relación hasta estar segura de que el campo en el que siembro mi entrega esta listo para fructificar con ella, por lo que (afortunadamente) no me he involucrado con ninguno de ellos. Después de "A" enamorarme y amar a alguien se ha hecho horriblemente cuesta arriba para mí, confiar en otras personas a ese nivel es imposible y no he vuelto a ser la misma persona/mujer/sumisa. Pero eso no quita que mi necesidad no exista, que mi interés por lograr darme de la misma manera haya cambiado, que mi sentir acerca de la sumisión esté opacado o deslucido. Soy la misma persona, sólo es un poco más difícil lograr mi amor incondicional y, por ello, lleva más esfuerzo alcanzar al ser oculto entre tantas capas de hielo.

Estoy usando una vez más este rincón como sitio de descarga, de pensamiento en voz alta, de catársis personal sobre situaciones que me ocurren/han ocurrido en mi transitar por este estilo de vida. Me siento decepcionada una vez más, siento que hay más seres innobles disfrazados de Dominantes en este mundo de los que pensaba, pero también siento que soy una estúpida, una ingenua absoluta que confía en que la gente es naturalmente buena, sobre todo cuando las conozco hace años, cuando he compartido con ellos momentos y seres importantes de mi vida personal. Otro error, otra cicatriz, otro momento para pensar y reflexionar sobre la causa que me lleva a incluir a estas personas patológicas en mi vida, mentirosos y embaucadores que sólo se preocupan por "estar bien", pero jamás por ser felices con ellos mismos.

Miro al cielo y pido un descanso a la vida, al destino o a lo que sea que juega con los hilos de mi vida. Necesito un remanso de paz, un tiempo de equilibrio que me permita armonizar un poco mi existir, que me de el espacio para liberar mi sumisión y, siendo yo misma, poder ser mejor en todo lo que el Otro necesita.

Gracias a quienes siguen por acá, a quienes aún leen mis locuras y comparten mis letras por otros rincones...

Saludos,

dharma