jueves, 3 de marzo de 2016

El placer de complacer

La mayoría de nosotros tenemos un concepto del placer, el placer de recibir lo que nos gusta, de sentir goce con lo que el otro nos brinda. En este aspecto tenemos una concepción de placer bastante egoísta o ególatra, pues nos estamos centrando en lo que recibimos. Mientras tanto predicamos la "verdadera sumisión" como una entrega, damos el cuerpo, lo tenemos disponible para obtener a cambio nuestro propio placer, cuando en realidad el objetivo que buscamos es sentir nosotros mismos. Y aquí es donde me gustaría plantear el paradigma de la sumisión donde un ser sumiso encuentra placer en el placer del otro, en lograr que el Dominante goce de una manera plena y llenando sus necesidades afectivas y sexuales.

En este punto es donde la entrega real entra en juego, en el placer que sentimos (como sumisos/as) al complacer plenamente al otro, porque más allá de nuestros deseos es nuestra necesidad complacer al Amo, que sea feliz y se sienta pleno teniéndonos bajo su Dominancia.

Hoy leí algo que me dejó perpleja, la idea de que estar dispuesta y disponible para el placer del Amo, sin esperar satisfacer nuestro propio goce, nos genera una expectativa constante y gran displacer. Nada más alejado de este concepto, no hay displacer en estar dispuesto al placer del Amo, sino que allí está basado mi placer como su sumisa, en que El encuentre en mi todo el placer que desea y necesita, porque como su pertenencia estoy a sus pies para servirlo, no sólo física y sexualmente, sino en cada aspecto en que necesite de mi para su goce. Veo en la nueva corriente de sumisas unas ansias constantes por "juegos" y prácticas que dejen satisfechas y gozosas a sus personas, pero en el camino olvidan nuestra esencia primaria que es la entrega, el complacer, el servicio, el servir al otro a alcanzar su cota máxima de felicidad. Lo sé, es una utopia, probablemente nadie alcance en su vida su plenitud de felicidad, pero nada pierdo en intentarlo.

Pero en esta entrega es donde entran en juego varios factores a tener en cuenta. Como sumisas entregamos nuestro ser, estando "disponibles" a ser usadas para el placer de Amo, esto nos ata indefectiblemente a El, quedando nosotras mismas en un segundo plano. A su vez esto nos genera un nivel de ansiedad alto, muchas veces infundado, por pensar que no lograremos "llenar las expectativas" de quien nos Domina, que siempre habrá algo más para complacer, para llenar. Y eso mismo es lo que nos arrastra a entregarnos más profundamente (y no digo a entregar más pues considero que cada sumiso se entrega plenamente a su Amo), porque queremos lograr que el Amo se sienta pleno con nuestro servicio, persiguiendo siempre la perfección de la entrega, pero cual Peter Pan persiguiendo a su sombra, cuanto mas avanzamos, mas lejos vemos esa perfeccion, lo que nos obliga a estar en un crecimiento constante.

Entonces de qué hablamos cuando decimos sumisión? A qué clase de entrega nos referimos? Es precisamente a ésta, a abandonarnos en brazos del Otro para complacerlo en TODO, en lograr ser "útiles" para su felicidad y goce, en olvidarnos de nuestro propio placer y necesidad para atender plenamente la necesidad de quien nos Domina... En dar, sin importarnos recibir nada a cambio... En encontrar placer al complacer incondicionalmente a nuestro Amo.

Un saludo y gracias por leer,

dharma