martes, 26 de abril de 2016

Cabreada, molesta, disgustada (inserte aquí el término que más le guste)

Así estoy, enojada, molesta... pissed off! Y lo peor es que estoy realmente decepcionada con el poco valor que las generaciones "nuevas" del BDSM le dan a las relaciones que entablan.
Conceptos como entrega, pertenencia, Dominancia, responsabilidad, compromiso, collar, etc, están bastardeados, llorando en el rincón gracias a los que ingresaron en este último tiempo a MI mundo, a MI forma de vivir mis relaciones, al mundo que comparto con tantas personas, al mundo que formamos y que hicimos crecer con nuestros propios aportes, puntos de vista, maneras de vivirlo, disfrutarlo y compartirlo.

Hoy leí un artículo sobre la "importancia del collar" en las relaciones D/s... leí conceptos que abarcan desde "el collar es una forma de evitar que me buitreen (acosen) otros Dominantes", hasta que "las relaciones (D/s) son construidas desde la base de apropiarse de las personas", como un "intento real de anulación del otro" y que el collar no es más que un "rito que mantiene en pie el mito" (de las D/s)... estoy enojada, me siento luchando contra seres que, desde su propia ignorancia, no son capaces de vislumbrar una relación sana, con Intercambio de Poder, donde nadie anula a nadie, sino que se potencian.

Hablándolo con un Dominante, muy cercano a mis sentimientos, le decía cuanta bronca me da que personas que no tienen ni idea de lo que hablan basureen el tipo de relaciones que tanto AMO! Entienden la sumisión, y por ende la entrega, como una forma de "desaparecer", de ser anuladas del mundo y de renunciar a nuestros sueños, objetivos, placer e incluso vida. Nada más lejos de la realidad! No ven cuanta fortaleza se necesita para entablar y mantener en el tiempo una relación D/s real, llena de sentimientos, entrega, esfuerzo y compromiso; no ven que pertenecer es ser, libremente y en todo nuestro potencial! Que la incondicionalidad de una relación está basada en ambas partes, en la capacidad del sumiso de ceder poder sobre su vida y en la capacidad del Dominante de aceptar tamaña responsabilidad. Llevarla a buen puerto dependerá de ambos, vivirla incondicionalmente será trabajo y construcción de ambos.
Le decía que, para mi, la sumisión es una vela encendida. Tiene la capacidad de alumbrar, es una llama que ilumina sólo a quien la porta, le muestra el camino inmediato, pero no el camino a largo plazo. Y comparo la Dominación con un faro, de aquellos de espejos y lentes, capaces de alumbrar a largas distancias, de ser guía y punto de referencia para muchas personas. Ahora bien, este Faro sin la luz primigenia de la vela es inútil, no es más que una estructura de cemento, espejos y lentes que no sirve para mucho, pero si los combinamos, si unimos la vela y el faro, se potencian de un modo tal que no sólo sirven de guía para ellos mismos, sino para todos aquellos que lo ven y lo necesitan.

Y el collar? Ese fue el tema que desató todos estos conceptos errados, enredados entre vislumbres de "hembrismo", desinterés, bastardeo y desinformación. El collar es un símbolo. Y no hablo de unas llaves puestas en un sitio o chat de internet, sino del collar real, de aquel que simboliza el compromiso de ambos por vivir su vida en común bajo la filosofía BDSM. Poco me importan los collares públicos, poco me interesan las simbologías que sirven para mostrar a otros "que tan linda, única, amorosa y perfecta" es mi relación con alguien. Me importa un bledo lo que otros vean, piensen, opinen o supongan sobre mi relación privada y personal con quien me Domina; por mi pueden revolcarse en mil kilos de preguntas, no es para ellos para quienes vivo mi relación, ni mi sumisión, mucho menos mi entrega. El collar tiene importancia para quienes lo comparten, para quienes son parte de la D/s, para quienes asumen el compromiso desde la incondicionalidad del vínculo. El collar es una muestra más de esa relación, de aquello que los impulsa a compartir su vida con el otro.

Saludos y gracias por leer,

dharma

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