lunes, 3 de noviembre de 2014

Después de un tiempo...

... He confirmado que pido demasiado. En esta época de relaciones fugaces, de encuentros frurtivos, de romances tan duraderos como el efímero suspiro antes de morir.

En este tiempo se ha puesto de moda enredarse con alguien en lugar de conocerlo, aferrarse a sensaciones y dejar de lado los sentimientos. Es un tiempo que no quiero vivir, es un tiempo que no quiero desperdiciar con esta clase de seres, que se inmolan a los brazos de un amor por la noche, despertando curados del corazón y hastiados de sexo a la hora en que el sol aparece por el horizonte. No quiero que esta marea de gente desalmada, y lo que es peor descorazonada, me lleve por delante y me arrastre al mismo lugar en que habitan, en esa catacumba de sombras olvidadas, de personas sin rostro y sin nombre, de corazones de piedra y cuerpos ávidos de experiencias.

Últimamente me rodea el sentimiento de estar sola en un mar de caras desconocidas, pero no por no haberlas visto antes, sino porque son completos extraños, seres que no se muestran como son, sino como quieren ser vistos, seres utilizables, rostros reciclables, cuerpos amoldables a lo que quieren del otro. Quiero más que eso, quiero conocer, quiero lograr abrazar el alma de una persona, hacerle mimos a su conciencia y el amor a su inconciente, que sea libre conmigo, que sea capaz de desatar nudos en vez de cortarlos, que se arme de paciencia a la hora de escucharme, que se ocupe de sentirme, a mi, a todo lo que soy, a lo que quiero ser, sin importarle lo que fui. Quiero no tener pasado junto a alguien, quiero vivir el futuro a sus pies, caminando sus pasos y guiándome por la luz eterna de su alma. Deseo poder conocerme a mi misma viéndome reflejada en la mirada de quien quiere estar a mi lado, sin prejuicios, sin estrategias, sin máscaras que impidan que me conecte con sus ojos, límpidos y soñadores.

Pido demasiado, pido que vean mi alma más allá de mi rol, pido que quiera tenerme en sus brazos por el simple placer de hacerlo, pido que pueda ver más allá de mis fallas y mis faltantes, que me vea a mí, simplemente.

Estoy prácticamente rendida ante un imposible y cada día se hace más evidente que no quedan esperanzas... Mientras, espero...


dharma

No hay comentarios:

Publicar un comentario