miércoles, 21 de enero de 2015

Murallas

Toda mi vida me mantuve dentro de mis propios muros, encerrada en mi mundo, un lugar seguro y apacible que me hace sentir impenetrable. Mis murallas han sido siempre mi primera línea de defensa contra el mundo que me rodea, contra el dolor que alguien me puede generar, contra las malas intenciones de la gente que pretende acercarse.

Pero no siempre están levantadas, a veces alguien logra traspasarlas y conocer a mi yo más sensible, más dócil, mas sumiso. Para lograrlo tiene que ser capaz de atravezar por toneladas de frío hielo, duro concreto y ardiente fuego que coexisten en mis defensas, debe tener paciencia y ser amable, cuidadoso y muy tolerante, sino va a salir de mi alrededor con el culo quemado por el inmenso dragón que custodia mis sentimientos. Lamentablemente no son capaces de hacerlo, lamentablemente es más fácil bajar los brazos, desaparecer, desentenderse y darse por vencidos ante el primer obstáculo... y mi fortaleza sigue en pie, esperando a que alguien tenga el valor de atravezarla, porque no es sólo mi necesidad de entregarme lo que me mueve, sino la cantidad de amor que quiero brindar. Abruma y paraliza a más de uno, pero esto soy yo! Bromista y seria en el momento indicado, capaz de volar por la estratósfera o poner los pies sobre la tierra en un instante, caer en picada a los brazos de alguien o desentenderme de esa persona y dejarla ir cuando así lo desea.

Finalmente me encuentro, de nuevo, levantando mis murallas, después de mirarme el alma en el espejo y encontrar una nueva cicatriz. Sin ganas de estar en el mundo, solo permaneciendo por inercia y refugiándome en mi rincón de oscura y pacífica soledad.

Me cansé de la sensación de estar mezclada, de vivir en este mar de seres que desean a alguien auténtico hasta que se cruzan con uno, de las hipocresías que me dicen con palabras dulces y formas amables, pero que siguen siendo hipocresías y duelen cuando finalmente la máscara cae. Transparencia... mi transparencia es, probablemente mi peor enemigo, pero tengo una noticia: O me aceptas como soy, con toda mi mierda y mis momentos sublimes, o puedes irte a freír espárragos al mismo infierno, te arderá el culo, pero lo tienes merecido!!!

Vuelvo a levantarme, cada vez que beso el piso en un porrazo de los míos me doy cuenta que sólo me arrodillo ante mi misma y así lo prefiero si no sos capaz de lidiar conmigo... De nuevo de pie, sacando fuerzas de donde no las tengo, pero mantengo la ilusión intacta, por ahí andaré, con cajas de curitas para sanarme un poco, habiendo dejado tras de mi un pedazo más de mi vida que me sigue forjando en el fuego lento del aprendizaje. Probablemente algún día estaré lista para que alguien me descubra, o demasiado cocida para que me importe si nadie lo hace.



Saludos a todos,

dharma

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